No porque esté callado
tienes tú la razón,
no porque esté callado
tengo que pedirte perdón,
no porque esté callado
pones en riesgo mi afán,
no porque esté callado
Suelto las honras y el pan.
Y ahora tú que no hablas
¿Debo soltarte el sermón?
Y ahora tú que no hablas
¿Debes pedirme perdón?
Y ahora que eres tú, quien no habla
¿Debo ser yo quien hable?
Y ahora que eres tú, quien no habla
¿Debo soltar este amarre?
Pues el que calla no tiene por qué otorgar
Simplemente no le apetece hablar.
Carlos